Una serie de casualidades encadenadas me llevó hasta aquel lugar distante, intransitado, de no menos complicado acceso. La crecida del río a consecuencia de las fuertes lluvias de días anteriores había modificado ligeramente el desorden natural de ambas orillas. Como si de una revelación se tratase, en una zona arbolada, observé con cierta sorpresa la composición armónica que la naturaleza había montado en aquel espacio a modo de improvisada exposición. Abandoné el lugar para retornar horas mas tarde provisto de una sencilla máquina de fotos para tomar unas imágenes, en total siete instantáneas. Días depués las procesé en mi ordenedor para comprobar su calidad, no estaban mal, se apreciaba que habían sido tomadas sin emplear el tiempo necesario. Durante esos días nuevamente habían vuelto las lluvias provocando otra fuerte crecida del caudal del río, esperé a que estas amainaran para volver al lugar y tomar nuevamente algunas fotografías con mas tranquilidad, fué en vano, la naturaleza había hecho desaparecer completamente los elementos que días antes había colocado de tan curiosa forma a orillas del río, en un momento único.
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