8.1.10


Es más de la media noche, no hace mucho que mi reloj de pulsera marcaba la una y cuarto de la mañana, prolongamos aún la extensa conversación en grupo que comenzó al final de la tarde en la tasca de Manuel, una de las pocas que han capeado el siniestro envite de la crisis en curso, afuera no hay indicios de presencia en las calles en solitaria penumbra. El barómetro estratégicamente colocado en un pilar exterior indica ochocientos milibares y el aire frío, pulido como el cristal, atranca las puertas y ventanas de las casas solariegas de desaparecidos moradores, en los servicios informativos de un canal de televisión se disparan las alarmas, el teléfono suena para adelantarse a una inesperada invasión blanca que ansiosamente lo va cubriendo todo a modo de posesión lenta, los tejados, los árboles, los bancos del paseo, las aceras, los coches; inertes objetos huérfanos que tiritan mientras desaparecen lentamente bajo un espeso manto blanco.
Chirria el pesado y añejo portón de nogal, empujado a duras penas, un alubión de algodones blancos se arremolina mientras entra apresuradamente al interior de la estancia atosigado por una ráfaga de aire, en el contraluz de la puerta emerge la figura de Tomás, enfundado hasta los dientes en una vestimenta impermeable de color amarillo rescuè, una estrecha abertura deja al descubierto la mirada expresiva de unos ojos que parecen haber huído del infierno. Los demás quedaron arriba, tendrán que esperar la llegada de días mas bonancibles. La clientela exclusiva le escucha atónita. Esta noche sin luna el cielo está en el suelo, concluye. J.B.V.&Azil

1 comentario:

  1. Eres único y sensato. Un artista puliendose y haciendo de sus sueños una esperanza divertida y especial. Sigue así.

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